Pilates y la respiración

A principios del siglo XX, Joseph H. Pilates creó un entrenamiento físico-mental donde mezclaba el conocimiento que tenía de diferentes disciplinas como la gimnasia, la traumatología y el yoga, con el control mental, la relajación y la respiración. En un inicio fue llamado Contrología, para precisamente resaltar el control de la mente sobre el cuerpo. A esta práctica, hoy en día la conocemos como Pilates o método Pilates.

La respiración en Pilates, obtiene un papel tan relevante que fue incluida entre los seis principios básicos del propio método. Su práctica, aportará a tu organismo un aumento de la capacidad pulmonar y una mayor circulación sanguínea. Además, gracias a una respiración profunda incrementará la fuerza y la flexibilidad de tu abdomen y de los músculos de la espalda.

A diferencia de la respiración inconsciente que realiza nuestro organismo durante nuestro día, la respiración en pilates se hace de una forma consciente, para así aumentar la concentración y la precisión en cada uno de los movimientos y posturas que realizamos.

Ejercicios, movimientos y patrones

Aunque cada movimiento requiere un patrón de respiración específico, en Pilates llevamos a cabo la respiración costal, que consiste en respirar profundamente por la nariz y exhalar por la boca; trabajando los músculos del tórax y de la espalda, que hará que las costillas se abran hacia afuera y hacia arriba, a la vez que la columna se expande, obteniendo de esta manera una capacidad pulmonar máxima.

Para que puedas practicar poco a poco la respiración, te facilitamos algunos consejos. Puedes hacerlo de pie, sentado o tumbado, encuentra la manera más óptima para ti. Sobre todo, procura centrarte en sentir esa conexión con el movimiento que realizarán tus costillas.

Consejos y ejercicios para la respiración en Pilates

Siéntate procurando tener la espalda erguida pero sin generar tensión en ella, después coloca las manos a cada lado de tus costillas, te ayudará a realizar correctamente la respiración.

  • Una vez te encuentres cómodo y relajado, inhala profundamente llevando el aire hacia tus costillas, notarás como estas se ensanchan y se abren para que los pulmones se llenen de aire.
  • Suavemente, exhala por la boca y relaja tu cuerpo acompañando la expulsión del aire. Puedes acompañar este movimiento haciendo una pequeña presión con tus manos hacia las costillas para eliminar todo el aire inspirado previamente.

Para darte cuenta de todos los movimientos y sentirlos con más claridad, prueba de realizar esa pequeña presión hacia las costillas mientras inhalas, esta vez notarás que el aire inspirado será mucho menor. Para expulsarlo relajadamente, exhala de nuevo.

Una vez más, haz el proceso inicial, sin realizar ninguna presión; será entonces cuando notes con más facilidad el movimiento y sentirás como las costillas se abren mucho más, siendo consciente de la respiración en todo momento.

Intercala las dos técnicas para ayudarte a sentir con más facilidad el movimiento de tu cuerpo. Haz tres veces la técnica inicial y dos veces la técnica aplicando una ligera presión, hasta encontrar la combinación que se adecue más a tus necesidades.

Repite este proceso las veces que necesites buscando la relajación, para conseguir ser consciente de tu respiración hasta que tengas el proceso tan interiorizado que puedas hacerlo de una manera totalmente automatizada.

Para cualquier duda que puedas tener, estaremos encantados de ayudarte con una de nuestras sesiones de Pilates. Siempre es aconsejable dejarse dirigir por un profesional y así conseguir mejores resultados y descubrir nuevas técnicas.

¿Te animas a probar nuestra clases de Pilates en Barcelona?